Descripción
Acabamos de hablar de Telegram con motivo del debut de los chats de voz en grupo: es una característica útil que difiere de las propuestas ya existentes en el mercado – o de las de las plataformas que ofrecen la posibilidad de hacer llamadas de voz multiusuario – porque siempre está abierta y activa, dejando al usuario la posibilidad de entrar, salir y volver a entrar a voluntad.
Analicemos ahora las palabras del fundador Pavel Durov, que se ha basado precisamente en el Telegram para hacer un balance de la aplicación indicando las estrategias para el futuro inmediato. Para apoyar tal actividad, dice, se necesitan unos pocos cientos de millones de dólares cada año: el servicio se prepara ahora para superar los 500 millones de usuarios activos mensuales, y su crecimiento constante (eran 400 millones sólo en abril) sólo hará que la gestión de la plataforma sea cada vez más cara.
TELEGRAM EN LA ENCRUCIJADA
«Cuando un proyecto tecnológico alcanza este tamaño, hay típicamente dos opciones: empezar a ganar dinero para cubrir los costos, o vender la compañía.» El camino a seguir ya está trazado: «No tenemos planes de vender la compañía como lo hicieron los fundadores de WhatsApp». Durov pretende garantizar la independencia y la calidad del servicio, y no considera unirse a otra compañía. Tampoco quiere bloquear el proyecto: «Telegram está aquí para quedarse mucho tiempo», dice.
LA DECISIÓN
Así que aquí vamos esbozando la estrategia para los próximos meses: «Telegram comenzará a generar ingresos a partir del próximo año». ¿Qué significa eso? ¿Que habrá funciones de pago? ¿Que habrá publicidad? «Podremos hacerlo de forma no intrusiva. La mayoría de los usuarios ni siquiera lo notarán». Y no, las herramientas desarrolladas a lo largo de los años seguirán siendo gratuitas, pero se introducirán características contextuales para que sólo estén disponibles para los usuarios premium. «Los usuarios habituales podrán seguir disfrutando de Telegram de forma gratuita, para siempre.»
La publicidad también llegará, pero nunca se mostrará dentro de los chats (ni 1 a 1, ni en grupo). Se utilizarán los canales públicos de Telegram (los llamados canales públicos de uno a muchos), algunos de los cuales tienen millones de abonados: no se inspirarán en Twitter («los anuncios parecen mensajes normales y a menudo son intrusivos»), sino que adoptarán una metodología que respete la privacidad, sea sencilla y permita un rendimiento económico.
CONSECUENCIAS
Todo el mundo se beneficiará, dice Durov, no sólo Telegram: la plataforma cubrirá (parte de) los costos de los servidores, el tráfico y la gestión, los propietarios de los canales públicos obtendrán más tráfico y los desarrolladores de contenido de pago -siglas premium, por ejemplo- obtendrán un porcentaje de los ingresos.
Todo el mundo feliz, en resumen. ¿O este cambio inminente no le agradará al usuario promedio?