Descripción
Telegram ha perdido una importante apelación ante el Tribunal Supremo ruso, en la que trató de contrarrestar una ley de 2016 considerada inconstitucional por los responsables de la aplicación de mensajería instantánea.
La ley en cuestión exige que cada servicio de mensajería proporcione sus propias claves de cifrado al Servicio Federal de Seguridad (FSB), es decir, la versión moderna del KGB. Lo que dejaría a todos los usuarios de Telegram, por lo menos los registrados en territorio ruso, en manos de los agentes de la autoridad rusa.
Un poco menos de libertad para usuarios de Telegram
Telegram optó por apelar esperando revertir el asunto con un veredicto favorable, pero este no fue el caso y ahora se encuentra teniendo que pagar una multa de 14.000 dólares y entregar sus claves de encriptación. Según el propio FSB, la mera posesión de claves no constituye una violación de los derechos constitucionales, ya que la recopilación de datos debe ser autorizada por un tribunal legal, por lo que, al menos en teoría, la agencia no puede utilizar las llaves de forma indiscriminada.
En cualquier caso, este veredicto cuestiona seriamente la confidencialidad efectiva de la plataforma Durov, que ahora puede estar sujeta a controles mucho más eficaces por parte de las autoridades rusas, si lo consideran necesario. Telegram ha recibido varias críticas por seguir utilizando su algoritmo de cifrado, en lugar de pasar a un cifrado de extremo a extremo, lo que habría hecho imposible proporcionar claves de acceso, ya que no estarían en su poder.
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